Según las evidencias científicas actuales sobre los efectos del ruido del tráfico rodado en la salud, no se pueden descartar efectos negativos para la salud incluso a niveles de ruido inferiores a los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es necesario seguir investigando para evaluar la existencia de un umbral de exposición a partir del cual se empiezan a acumular efectos perjudiciales para la salud.